El
Trabajo Social no es considerado públicamente como una profesión de riesgo, sin
embargo encontramos numerosas situaciones en las que la integridad física y
psicológica de éstos puede verse amenazada. Una agresión es, según la Real
Academia de la Lengua Española, “un acto de acometer a alguno para matarlo,
herirlo, o hacerle daño”.
Es
un tema que no es está visibilizado socialmente, pero la realidad es que el 36%
de los trabajadores sociales han sufrido agresiones verbales en algún momento
de su carrera profesional y el 15% agresiones físicas. Según el Colegio Oficial
de Diplomados en Trabajo Social de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, 7 de cada 10
manifiestan haber vivido situaciones de riesgo en su ejercicio profesional. Sin
embargo, aunque nuestra profesión sea de alto riesgo de sufrir agresiones, debe
tenerse en cuenta que éstas no son cotidianas, pero si continuas.
Con
este tema no se pretende realizar una crítica a las personas que acuden en
respuesta a sus necesidades sociales ni a la profesión, sino conocer las
posibles situaciones que pueden sufrir los profesionales y cómo se pueden
abordar éstas.
Para
ello, se analizan una serie de noticias que han aparecido en los medios de
comunicación sobre esta problemática.
Encontrar casos que se hayan hecho públicos no ha resultado fácil, ya que como
se ha expuesto anteriormente, no es un tema que esté visibilizado. Entre las
noticias, se exponen las siguientes:
· El
diario montanes, el 13 de octubre de 2012, publicó la
condena de una persona a 18 meses de cárcel por insultar, amenazar e intentar
agredir con un arma blanca a un trabajador social. El hecho ocurrió por negarse
a atender la petición de la demandante. La Audiencia consideró que la usuaria
cometió un delito de atentado y estimó al trabajador social como funcionario
público. El médico forense emitió un informe en el que acreditaba que la
acusada padecía un retraso mental ligero y un trastorno leve de la conducta,
aunque descartaba que tuviese la intensidad suficiente para alterar las
capacidades de la persona. Por ello, el Tribunal se negó a aplicarle la
atenuante.
· El
periódico de Aragón, el 11 de abril de 2014, publicó una noticia
sobre una nueva agresión a una trabajadora social en el Centro Municipal de
Actur. Según la fuente, el usuario agredió verbal y físicamente a la
profesional del centro. Se puso en marcha el procedimiento que se marca en los
protocolos de prevención ante estas situaciones. Desde que empezó el año, se
registraron oficialmente siete casos más.
· El
Mundo, el 27 de enero de 2015, publicó en sus páginas una
nueva noticia de agresión. Los hechos se produjeron en Jaén, cuando una mujer
agredió a la trabajadora social y a la alcaldesa de Arroyo del Ojanco, que
solicitaba un anticipo de la nómina de su marido.
· UGT
pidió medidas el 5 de septiembre de 2008, ante la situación de agresiones a
trabajadores sociales en Granada. El sindicato considera “intolerable” que los
profesionales que realizan servicios sociales “indispensables” para la
comunidad estén sometidos a situaciones de “intenso riesgo”.
A
partir de estas situaciones, y muchas otras,
en 2010 se publicó un Manual Orientativo de Prevención y Actuación ante
posibles agresiones a trabajadores y trabajadoras sociales, por el Colegio Oficial de
Trabajadores Sociales.
¿QUÉ SE DEBE Y NO SE DEBE HACER ANTE UNA
AGRESIÓN?
SIEMPRE
·
De
forma preventiva:
1. Contener
la situación mediante el diálogo y la escucha activa. Buscar puntos comunes.
2. Mostrar
interés por la situación que vive. Permitir la liberación de la tensión
emocional.
3. Dar
información de forma clara y concisa.
4. Informar
sobre el contenido de los informes y las consecuencias de los mismos.
5. Informar
sobre los procesos de queja, sugerencia y reclamación existentes en todos los
procesos.
6. Reconocer
las carencias propias y de la institución.
7. Transmitir
que haremos lo que esté en nuestra mano, pero sin falsas expectativas.
· En
caso de peligro de agresión:
1. Dar
por finalizada la entrevista y acompañar a la persona a la salida de forma
tranquila.
2. Si
no es posible, utilizar una pretexto para salir de la sala y volver acompañado
de un compañero o compañera.
3. Establecer
distancia de seguridad y evitar el contacto físico.
· En
caso de que se produzca la agresión:
1. Repelerla
usando medios proporcionales y dentro del marco legal para permitir la huída.
2. Pedir
auxilio. Si, pese al apoyo de un/a compañero/a, la actitud persiste, avisar
mediante el 112 a las fuerzas de seguridad.
3. Acudir
a Centro de Salud o Mutua Laboral donde se elaborará parte de lesiones.
4. Poner
el hecho en conocimiento de la dirección del centro.
5. Cumplimentar
el formulario de registro de agresiones que figura en el presente manual y
enviarlo al Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Madrid.
NUNCA
· Permanecer en el mismo lugar si la huida es
posible.
· Responder a las agresiones, desafiar o
provocar.
· Personalizar las situaciones, diferenciando
la situación planteada de la persona que la vive.
Patricia Gómez y Alba Leva GRUPO: A1